Un retraso (se dijo que estarían disponibles a finales de este 2015) que podría acelerar la citada migración a otros navegadores y que desentona con las declaraciones de la compañía, que asegura que estas tienen una “alta prioridad”.
Las consecuencias del retraso
“Estamos trabajando activamente para desarrollar un modelo de extensión segura de hacer el navegador más seguro y confiable para nuestros clientes, y esperamos compartir más en una próxima actualización de Windows 10 en 2016 " indican, de momento y sin proporcionar ningún detalle concreto sobre la razón de esta demora que continúa limitando su sistema.
En definitiva una mala noticia más para el que pretendía ser el sustituto de Internet Explorer y un hecho que contrasta con las “supuestas” medidas que tratarán de presionar a los habituales de este OS para que no se pasen a aplicaciones de terceros; una iniciativa que, en nuestra humilde opinión, no conseguirá demasiado, pues Microsoft Edge todavía tiene mucho que mejorar
0 comentarios:
Publicar un comentario